La mitad que no se escucha

“Una mujer debe tener dinero (en concreto, 500 libras al año) y una habitación propia para poder escribir novelas”

Pocos desconocen a quien pertenece esta frase y de cual ensayo fue extraído, hoy publicado una y otra vez en formatos estándar, de bolsillo, ilustrado, con viñetas, para niños o jóvenes, con o sin análisis. Virginia Woolf sentó sin duda, una de las premisas más reconocidas cuando se toca el tema de ser escritora. Más allá de la clara alusión a la necesidad de una independencia económica, espacial y de pensamiento para una mujer que quiere escribir… ¿cuáles son los verdaderos obstáculos que enfrentan las escritoras?

En la voz de la mexicana Dahlia de la Cerda (1985) y nuestra compatriota Alicia Migdal (1947), exploramos los márgenes de una temática compleja.

Los números son fríos, pero suelen ilustrar en blanco y negro aquello que nuestra percepción no logra abarcar. En 2019 la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana difundió que de las 1,444,280 publicaciones de ese año, solo la quinta parte eran libros escritos por mujeres[i]. En España, “de los más de 66.000 libros escritos por un solo autor que se inscribieron en la Agencia Española del ISBN en 2021, unos 41.000 eran de hombres y otros 25.000 de mujeres”[ii] En nuestro país la relación escritores hombres vs escritoras mujeres es de 65/35 por ciento, dato recabado en consulta con editoriales independientes y multinacionales. ¿Acaso no escuchamos hablar de más mujeres que escriben, hoy en día? ¿No son más mujeres las que ganan premios? ¿No hay más libros de mujeres en nuestras mesas y estanterías? A todas esas preguntas se responde de forma afirmativa.

¿Pero qué tan real es esa percepción?

Dahlia: Sí tenemos mucha más atención que en otros siglos. Antes las escritoras éramos invisibilizadas y ninguneadas. Sí, ahora cada vez más mujeres ganan premios, venden muchísimos libros o encabezan los festivales literarios, pero de pronto los hombres tienen la percepción de que somos una nueva hegemonía. Eso es falso. La cantidad de hombres en el mundo literario sigue siendo mayor, cada vez hay más mujeres, pero sigue siendo un ambiente estadísticamente masculino. Es común que cuando una población históricamente invisibilizada y silenciada, habla, toma la palabra y se le escucha, las personas que antes ocupaban esos espacios se sienten amenazadas y tengan la falsa impresión de que tenemos más visibilidad de la que realmente tenemos. De ahí que tanta gente, sobre todo hombres, griten y lloren porque ahora supuestamente las novedades literarias y los premios están dominados por mujeres, LBTTTIQ y gente racializada. Y sí, hay más representatividad, pero ni de broma somos una nueva hegemonía.

Alicia: En estos años recientes de definitiva implantación social de los feminismos se generaron modas, para bien y para mal. Se facilitó el tema literario de ser mujer en un mundo en revuelta por los sentidos y las libertades. Y ahí se volvió, se vuelve, a aquello de que hay que hacer balance de lo conquistado tanto como de lo enquistado, de si lo que importa es solo o antes que nada el valor literario, no importa que género lo encarne o la importancia social de la visibilidad.  Eso es cierto porque la sobrevivencia estética dependerá del alcance expresivo, persuasivo, de lo escrito, más que del decreto del género como decreto de lectura. Debemos ser honestas y no demagógicas en nuestra apreciación de la masa de escritura generada.

En el universo literario, muchos deben ser los ejemplos de mujeres cuya obra tuvo que atravesar más de un obstáculo para ver la luz. Un caso paradigmático es el de María Moliner (1900-1981), la filóloga española creó el Diccionario de uso del español (una obra de valor capital para nuestra lengua) al que dedicaba las horas que su trabajo de bibliotecaria le dejaba libre. En la sala de su casa, mientras atendía las tareas del hogar y de forma casi artesanal, Moliner forjó un diccionario único de casi 3000 mil páginas. Quince años le llevó completar su proyecto, más de uno hubiera claudicado, pero esta mujer no. En un tiempo y lugar (la España de Franco) donde la palabra era peligrosa, María Moliner le dio una importancia mayúscula al crear el que muchos opinan es “el mejor material de consulta para los escritores” [iii

¿Cuál es la importancia de la voz de la mujer-escritora?

Alicia: Incorporar un mundo y una voz en tensión con la tradición social y estética de lectura predominante durante siglos.  Podrías decirme que eso es lo que sucede en la literatura realmente novedosa, no necesariamente relacionada con la mujer.  Sí, digo, pero hay un aporte de punto de vista, de libertad y riesgo, de forma, porque cuando una mujer escribe, y no me refiero a las que continúan la tradición hegemónica del best seller o de la literatura manufacturado en serie, cuando una mujer se acepta en ese riesgo expresivo aparecen temas y miradas cuya novedad es la introspección y la memoria encarnada, el capital emocional más desnudo, el cuerpo activo.

Dahlia: Las mujeres somos un poco más de la mitad de la humanidad, somos diversas, no queremos lo mismo, venimos de contextos distintos, pero somos la mitad de la humanidad, entonces si no se escucha nuestras voces, no se escuchan las voces de la mitad de la humanidad.

Los premios literarios juegan una parte importante en el prestigio de cualquier escritor y en los últimos años los nombres de escritoras se han escuchado con más frecuencia, aunque el número histórico en relación a ambos sexos es de una desigualdad casi imposible de revertir. Los galardones mucho tienen que ver con las sensibilidades de quienes juzgan las obras en concurso, más allá de las llamadas “modas literarias” (al menos así nos gusta pensar), es lógico entonces pensar que, si los propios jurados no muestran una variedad en su constitución, los resultados pueden ser bastante predecibles. En la edición de 2019 de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, evento que premia al ganador con 100 mil dólares, una centena de escritores de ambos sexos manifestaron su descontento a través de una carta pública, ante la falta de diversidad en la formación de los jurados, los panelistas participantes y en los finalistas al premio:

“Es inadmisible que, en el siglo XXI, en plena ola de reivindicaciones por la igualdad, se organice sin perspectiva de género un evento como la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa…En esta tercera edición participarán en los paneles trece hombres y tres mujeres, mientras que entre los finalistas del premio hay cuatro hombres y una sola mujer. Esto no debería sorprender, si consideramos que, de los cinco miembros del jurado, cuatro son hombres.” [iv]

El ganador de dicha edición 2019 fue el escritor mexicano Davis Toscana

¿Qué tan difícil fue o es el recorrido para ser editada?

Dahlia: En realidad, el proceso de escritura fue mucho más difícil que el de publicación. Soy clase trabajadora y para poder escribir tuve que recurrir a becas literarias, tarde cuatro años en terminar mi libro Perras de Reserva (Sexto piso, 2023) porque solo podía escribir cuando tenía una beca literaria o en mis ratos libres. El trabajo remunerado me absorbía totalmente. Perra de Reserva ganó un certamen literario y el premio incluía la publicación, cuando ganas un certamen literario, es mucho más fácil la publicación. Cuando eres mujer, un premio te da legitimidad.

Alicia: Debo admitir que siempre tuve oportunidades, sin duda porque desde los 20 años trabajé en la Editorial Arca y eso me daba una ventaja objetiva, aunque yo recién publiqué después de los 30. En Arca, claro, y en la que después fue su continuadora, Cal y Canto, ambas marcadas entonces por la dirección de Alberto Oreggioni. Otras editoriales, como Trilce y Rebeca Linke, se acercaron a mí, y no al revés.  Solo puedo hacer este reconocimiento y este agradecimiento, no puedo sumarme a la situación de olvido o dificultad, porque no me pasó eso. Pero se demoró mucho en ingresar al espacio de lectura y probablemente al espacio de escritura.  Cuántas mujeres quedaron por el camino, aún después de la Dictadura.

Con la mirada puesta en el futuro ¿Cuál es el camino que imagina para la literatura escrita por mujeres?

Alicia: Más que imaginar deseo un camino honesto de las subjetividades que ponemos en juego las mujeres. Un camino no oportunista, que pelee con las modas, que cuestione las formas heredadas, porque ahora la herencia a considerar no es sólo la tradición encarnada por la mirada masculina sino la que las propias escritoras vienen proponiendo.

Dahlia: Mi fantasía es sí nos convirtamos en una nueva hegemonía, que ahora las mujeres TODAS, con toda nuestra diversidad, los hombres empobrecidos, trans, gays y racializados seamos quienes ganemos todos los premios y estemos en los tops de ventas. Personalmente pienso que los hombres blancos, heterosexuales, cis y burgueses ya hablaron demasiado, pocos de ellos tienen cosas relevantes que decir, llego el momento que guarden silencio y se escuchen otras voces.

Por Soledad Viera

Agradecemos la participación en este artículo de las escritoras Dahlia de la Cerda y Alicia Migdal, cuyos libros disponibles dejamos a continuación

[i] https://mujeres.expansion.mx/especiales/2021/09/10/por-que-leemos-menos-autoras-mujeres-que-hombres

[ii] https://www.newtral.es/mujeres-libros-cientificos-tecnicos-sector-editorial/20230423/

[iii] https://www.bbc.com/mundo/noticias-38071911

[iv https://www.clarin.com/cultura/carta-machismo-literario-completa_0_xjzLiFKxO.html


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