Darwin antes de Darwin

Dos hechos pasaron hace 20 años atrás.

El primero sucedió en la británica Universidad de Cambridge, cuando se vieron por última vez dos de los cuadernos pertenecientes a Charles Darwin, aquellos donde registrara sus impresiones y hallazgos durante la travesía del HMS Beagle en 1831. Un día estaban y al otro, habían desaparecido. El segundo hecho acontecía en nuestra Montevideo, cuando Alberto Gallo comenzaba su investigación sobre el viaje del naturalista, investigación que culminaría en la novela Simioinglés (Tusquets, 2022)

Aun cuando en esta novela está presente Darwin y su trama se desarrolla durante el viaje del Beagle, este libro no trata de exploradores, ni de descubrimientos zoológicos, ni de esbozos de teorías evolucionistas. Esta novela trata sobre los hombres y las bajezas de las que son capaces y del valor nulo que se le puede atribuir a algunas personas, pero también trata de la pequeña luz que puede encenderse en unos pocos y que lleva a la búsqueda de cierto tipo de justicia.  

La exploración de esa naturaleza humana no le es ajena al autor, quien ya lo practicara en novelas anteriores, aunque los contextos y las dinámicas fueran diferentes. Nunca acaricies un perro en llamas (Norma, 2010) es un ejemplo de ello, pero con un escenario en la Hiroshima de 1945 y más atrás en el tiempo en Ángeles entre nosotros (Alfaguara, 2005), cuya acción recorre varias épocas, una de ellas también en los tiempos de la famosa expedición. Simioinglés además nos sumerge en una trama policial, cuando en plena travesía comienzan a suceder una serie de asesinatos y el observador más grande del siglo se involucra para resolverlos. ¿Cabe todo esto en una novela de 300 páginas? Sí. O al menos Alberto Gallo es capaz de lograrlo.

Sobre varios de estos temas nos habla el mismo autor en esta breve entrevista realizada para nuestro blog

¿Por qué Darwin, por qué la travesía del Beagle?

Porque ya nada fue lo mismo después del descubrimiento que él hizo en este viaje, tan grande que luego le llevaría veinte años procesar y publicar. Decir en aquel entonces que descendemos de los monos era un sacrilegio totalmente inaceptable que llevó al “debate del siglo”, donde la iglesia debatió salvajemente con la ciencia. Hay registro en los periódicos de la época: a Darwin se lo dibuja con cuerpo de mono. Entonces, fisgonear en los entretelones de aquel viaje, cuando él todavía no sabía lo que iba a descubrir, es una oportunidad fantástica para un escritor. Escribir sobre Darwin cuando todavía no era Darwin. Y escribir sobre Fitzroy, un férreo opositor católico que termina sus días cortándose el cuello, tiempo después de que Darwin publica “Sobre el origen de las especies”, es una doble oportunidad de poner ese debate dentro del barco.

El libro explora la naturaleza “animal” del hombre en muchas de las acciones que se dan en el barco ¿El policial es la excusa para explorar esa naturaleza bestial?

Sí, es una gran excusa, aunque esas muertes existieron, sólo que ahora hay un policía, un médico y un naturalista, que se juntan para resolver lo que pasó. En realidad, todo el viaje es una gran excusa porque ese microclima a bordo de un barco durante cinco años, donde conviven personas de todo tipo, y sobre todo setenta hombres con una a niña adolescente, representa a toda la Humanidad y su naturaleza animal. El ser humano capaz de las peores atrocidades, pero también de pequeños eventos solidarios y de grandes actos heroicos.

Tus novelas anteriores no están escritas (desde el punto de vista formal) como ésta última. Pero hay algo en ellas que parece ir hacia lo que hiciste en Simioinglés. ¿Es una suerte de evolución?

Sí, hay una evolución que me va llevando veinticinco años, al comienzo sin darme cuenta, luego provocada y específicamente buscada. Hay un despojo paulatino de algunos elementos literarios que empiezan a parecerme forzados porque no se parecen a la realidad: los guiones de los diálogos, los personajes hablando seguido, uno atrás del otro, casi pisándose como en los diálogos de la vida real. Incluso las mayúsculas, salvo cuando es notorio que quiero homenajear a un personaje, Fuegia Basquet, que es el único nombre en toda la novela que está en mayúscula. Y por supuesto el anuncio, con una pequeña cruz, que señala al personaje que va a morir en las próximas páginas. Es una novela policial que anuncia quienes van a morir antes de que esto ocurra. Y también, claramente, los personajes que mueren sin darse cuenta de que han muerto. Esa superposición de la vida con la muerte, esa frontera borrada es algo que me persigue desde mis primeros trabajos.

Presentada como la primera entrega de una trilogía que Gallo da como nombre Trilogía de la Impunidad, era inevitable preguntar cuándo podríamos continuar con ella y de qué iban a tratarse los siguientes libros

La impunidad, la injusticia, son temas sobre los que pensé mucho durante estos dos años, porque me di cuenta de que están presentes en todas mis novelas, sólo que en esta trilogía decidí evidenciarlo, dejarlo bien a la vista.Yo creo que el año próximo ya sale la segunda, que está relacionada a otro imperio, el estadounidense, en el final de la Segunda Guerra Mundial, con esas dos bombas nucleares que terminan la guerra en Japón, pero dejan atrás 150000 muertos civiles al instante, vaporizados, niños y niñas que iban a la escuela, hombres y mujeres que salían al trabajo a las 8:15 de la mañana, más todos los miles más que siguieron muriendo o naciendo con deformidades a lo largo de las décadas siguientes. La tercera de la trilogía está bastante avanzada y se relaciona con la impunidad en Uruguay durante y después de la dictadura. Hay que entender de una vez que este ya no es un tema político. NO LO ES. Es un tema humano, de la Humanidad, y es un derecho que tienen las personas, los vivos y los muertos. Pero, sobre todo, hay que entender que, si no lo resolvemos, tendremos que asumir que vamos a convivir con esos muertos a nuestro alrededor, que ya no serán pancartas con fotos, que empezarán a convertirse en sombras que veremos a nuestro alrededor, en el ascensor, en la fila del supermercado, en las noches antes de dormir. Ese sí va a ser un país gris. Muy gris. Y muy triste

Comenzaba este artículo con los cuadernos de Darwin, desaparecidos hace 20 años y es justo darle cierre a esa historia que llevó 20 años culminar. En marzo de 2022, ambos cuadernos fueron devueltos de forma misteriosa y anónima a la biblioteca de Cambridge, con una simple nota que decía: “Bibliotecario, Feliz Pascua” [1] En esos cuadernos de notas, no más grandes que el tamaño de una postal, Darwin realizó el dibujo del “Árbol de la vida”, un esbozo que planteaba la posibilidad de que todas las especies tuvieran un origen común. En esos cuadernos estaba la esencia de lo que Gallo nos dice: “ya nada fue lo mismo después del descubrimiento que él hizo”

                                                                                                                  Soledad Viera


[1] Artículo sobre devolución de los cuadernos de Darwin https://www.bbc.com/mundo/noticias-60996439

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